jueves, junio 29, 2006

El lenguaje y las emociones
Los mapas de lenguaje verbal y corporal son muy poderosos en cuanto a la activación de emociones.
Una sola palabra dicha con un tono de voz y una expresión determinadas puede desencadenar en alguien imágenes mentales antiguas, asociadas con pensamientos y emociones que a veces se pueden sentir y hasta localizar físicamente, dependiendo del grado de intensidad con que esté asociado ese recuerdo en la experiencia personal.
Se hace necesario tomar consciencia de las palabras o frases con las que nos sentimos influidos emocionalmente, de manera constructiva o poco constructiva.
Cuando una persona ha desarrollado un miedo o una aversión, la sola mención del objeto del miedo o la aversión dispara en el interior de la persona las representaciones y experiencias ante las que ha respondido con temor o aversión y automáticamente empieza a sentir los signos de miedo o repulsión... A veces se necesita cambiar las palabras con que una persona describe una experiencia porque cuando la carga con adjetivos extremos, la experiencia interior se hace extrema y la emociones van a influir de manera innecesaria.
Sentir las emociones no es malo, sin embargo cuando ya pierde significado y se repiten sin cumplir la función de defensa o protección que originalmente tuvieron, se hacen innecesarias y es entonces cuando se requiere tomar medidas para modificar la reacción.
Una colega estaba en una situación muy difícil después de la separación con su esposo. Le llegó una carta de citación del juzgado, convocada por el esposo. Ella me decía que cada vez que se mencionaba la palabra “juzgado”, presentaba una reacción inmediata de pánico y deseos de llevar:“- ¡me imagino que me van a llevar presa y me van a quitar mis hijos!. A indagar sobre experiencias de su infancia que hubiese disfrutado, me dijo que le gustaba ir al circo y disfrutaba llevando a sus hijos en la actualidad. Le propuse cambiar el nombre de “juzgado”, por el de “circo”, transformando cada uno de los personajes, payasos, magos, animales etc. a la situación que se le iba a presentar. Apenas hizo esto, cambió de inmediato su percepción de la situación y la pudo manejar de una manera más tranquila.
Ejercicio... Tome lápiz y papel y haga una lista de las palabras con las que automáticamente usted desencadene reacciones emocionales desagradables. A continuación haga otra lista de palabras con las que desencadene reacciones emocionales agradables. Después empiece a colocar frente a las palabras con las que desencadena emociones desagradables , las palabras seleccionadas por usted con las que desencadene emociones agradables y que neutralicen la emoción desagradable.
Repita el ejercicio con diferentes palabras hasta que note que al mencionar las palabras con que desencadenaba reacciones desagradables se han asociado de manera distinta y se puede sentir bien. El tono de voz y los gestos o postura imprimen una gran intensidad emocional en lo que captamos de nuestros interlocutores. Somos poco conscientes de la poderosa influencia que ejerce el lenguaje corporal y tonal sobre nuestras emociones.
Ejercicio... Para tomar consciencia de la influencia del lenguaje corporal y del tono de voz sobre la emociones cierre sus ojos y evoque los gestos con los que más se incomoda de sus padres, hermanos, maestros o amigos. Luego añada los diferentes tonos de voz, ritmo y volumen con los que siente más desagrado. Aprecie sus emociones en éste momento. Luego cambie en su interior el volumen y el ritmo de voz, cambie los gestos de la persona en cuestión y mantenga las palabras originales. Detecte cómo se han modificado sus emociones...

3 comentarios:

amelche dijo...

Sí, hay mucha conexión entre el lenguaje y los sentimientos. Y el lenguaje corporal también es importante y no nos damos cuenta. Un abrazo:
Ana
Pdata: ¿Estás mejor?

Principezca dijo...

Un poco mejor nena mil gracias por preguntar....aglo angustiada por umma pero confio en Dios en que todo está bien
Seguimos en espera

amelche dijo...

Yo tampoco he sabido nada de ella, a ver si esta próxima semana sabemos algo. Otro abrazo:
Ana