sábado, febrero 25, 2006

CUANDO LOS ANGELES LLORAN
Yo creía que las personas eran seres especiales enviados por Dios a la tierra para amarse y crecer juntos.
Creía que el amor era una moneda corriente de gran valor en el mundo y todos ganaban lo suficiente como para dejar de ser egoìstas y ahorraban sonrisas para invertirlas en los amigos y en sus almas.
Creía que las personas habían hecho un monumento en cada ciudad como una obra compartida, un recuerdo para los hijos y no como símbolo de orgullo y vanidad.
Creía que la electricidad era producida por ríos y vientos para beneficio de todos los hermanos.
Creía que los niños eran dones preciosos de la tierra y que todos los amaban porque eran la promesa de un mundo mejor... Nunca pensé que había gente que los abandonara o no los quería... Pensaba que todos los días había alguien dispuesto a hacerlos felices.
Yo miraba el mundo desde las nubes y corría entre las estrellas...loco(a) de contento tratando de hacer feliz a alguien... Amaba tanto a las personas que siempre buscaba la forma de ayudarlos en sus pedidos.
Creía que el mundo era un hermoso globo floreciendo en el espacio, lleno de cosas buenas y maravillas... No me imaginé que había seres de pensamientos tan egoístas, tan insolentes y desagradecidos y aprendí bien qué es eso...tonto(a) de mí... no lo había visto antes.
Cuando llegué a estos sitios, quería reír...pero un golpe me hizo llorar...Así me recibió este mundo, tan sólo el abrazo de mi madre calmó el dolor.
Crecí en esta tierra, respirando este aire y alimentándome de lo que ella da.
Aprendí a amar a los árboles que tienen tanta historia para contar, a las plantas que crecen por todos lados y tienen tan buenos sentimientos.
Aprendí a amar a los animales, que tienen una conciencia un poco más limitada que los seres humanos, pero sus sentimientos son tan plenos, tan simples.
Aprendí que existe la envidia, el egoísmo, la guerra, el racismo, que es una odiosa forma de insultar a la Creación de Dios.
Aprendí como se denigran las personas y buscan su propia destrucción por un interés transitorio, más ellos piensan que son tesoros eternos, tratan de lograr sus objetivos, sin importarles nada acerca de otros seres que viven en inferioridad de condiciones y muchas veces esas personas no tienen qué comer.
Aprendí lo que es el orgullo, la maldad, la insolencia, la avaricia, el desprecio, la burla, la marginación, la mentira, la violencia, la degradación, los tormentos internos, el egoísmo, la soberbia, la hipocresía y... el olvido.
Aprendí tantas cosas feas... tantas cosas que yo no había visto desde allí.
Aprendí a cada paso, viviendo cada una de esas cosas, sintiendo en mi piel correr el ácido de la pobreza humana, llorando, cayéndome y volviéndome a levantar... Respirando profundo, mirando el cielo azul de todos los tiempos...viví.
Viví a cada momento un trozo de la historia, buscando calmar el ánimo y mejorando mis días, siempre tratando de encontrar una explicación en ojos de cristal de las personas que veo a diario y sin embargo no asumen su rol en el divino porvenir. No se dan cuenta de su importancia en el relato de la vida, entonces sufren, pelean, reclaman, gritan y piensan que a nadie les importan porque los otros, también están haciendo lo mismo.
Cada uno trae en este mundo una misión qué cumplir... Hay algunas misiones que son familiares y te enseñan a caminar, otras te enseñan a volar... Hay quien viene para educar, otros para tan sólo amar.
Hay tantas misiones como seres humanos existen...son tantas las cosas maravillosas que cada uno debe descubrir...pero cuesta APRENDER y VER lo que LOS OJOS DEL ALMA VEN.
En cada pedacito de tiempo lloramos un poco por muchas cosas difíciles y nos sentimos impotentes ante la crueldad, pero la misión debe continuar con mucho peso sobre los hombros, debemos seguir, tal vez en el camino encontremos la luz de las estrellas que brillan recordándonos de dónde venimos.

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