viernes, enero 13, 2006

Entonces
Entonces una alterada cidra en el allí remoto país de la entrepierna rebosante. Palpo la esquina más erguida que se fraguó en tu carne. Cuánto desnudar amadamente tus espigas, tu ancla de musgo ensortijado.
Te arribo, te conjuro, te fermento. Que oscuridad de lluvias traigo en las entrañas para trenzar tu larga intensidad de hierro blando.
Entonces en el aquí valle de muslos la noche forcejea -dulce maestra-. Bebe tu fruto mi cóncava textura.
Aquí en este entonces ínfimo y preciso, cenit de gozos -tu fruto que decrece, niño derruido- el universo se detiene...

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