domingo, julio 31, 2011


ESFUERZO

Juan trabajaba en una empresa hacia dos años. Siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones. Llegaba puntual y estaba orgulloso de que en dos años nunca recibió una amonestación.

Cierto día buscó al Gerente para hacerle un reclamo: "Señor, trabajo en la empresa desde hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace solo 6 meses y ya ha sido promovido a Supervisor".



Uhmm! - mostrando preocupación - le dice el Gerente. "Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen Naranjas.

Juan se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de vuelta.

Bueno Juan... qué averiguaste?. Señor, tienen naranjas para la venta... ¿Y cuánto cuestan?. Ah!... No pregunté por eso. Ok... ¿pero viste si tení­an suficientes naranjas para todo el personal? (preguntaba serio). Tampoco pregunté por eso señor... ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?... No sé señor, pero creo...

Bueno, siéntate un momento. El Gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera
a Juan y en 10 minutos estaba de vuelta.

Cuando retornó el Gerente pregunta: Bien Fernando... ¿qué noticias me tienes?.

Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal, y si prefiere también tienen plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a $1.5 el kilo, el plátano a $2.2 la mano, el mango a $0.9 el kilo, la papaya y el melón a $2.8 pesos el kilo. Me dicen que si la compra es por cantidad, nos darán un descuento de 8%. He dejado separada la naranja pero
si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.

Muchas gracias Fernando, pero espera un momento... Se dirige a Juan, que aun seguí­a esperando estupefacto y le dice: Juan... ¿qué me decí­as?... Nada
señor, eso es todo, muchísimas gracias, con su permiso...

La tendencia natural del hombre es a dejar las cosas inconclusas, no comenzarlas e inclusive hacerlas a medias, muchas veces se trata de poca motivación, otras veces por falta de compromiso. Pero lo que siempre debe existir es el deseo de hacer nuestro mejor esfuerzo, con amor por lo que hacemos y un profundo compromiso.

Alguien le preguntó a Jesucristo alguna vez:

"...¿Señor, son pocos los que se salvan? Y Él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque muchos procurarán entrar, y no podrán"... Lucas 13:23,24.

Dios quiere que tú entres por esa puerta angosta, lo que tienes que hacer es creer en Jesucristo, aceptar el sacrificio que Él hizo en la cruz por ti y seguirle, no es fácil, pero tu esfuerzo tendrá recompensa eterna.

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