lunes, noviembre 07, 2005

LENTO, LENTO,LENTO
Inundando los entornos las delicias de nuestras intimidades nos llevan...lento... a los besos que queman la piel y a obscenas caricias que nos muestran lugares recónditos, donde la lava del volcán hace que madure la fruta, que se ofrece abierta, descarada a tu boca que bebe, lengua que liba, lento, lento... el néctar de dioses que quema y se esparce con grosura. Y lento, lento... entran en mí tus latidos, jadeos de viaje al infinito de las marejadas de tu mar que llena, invade, inunda... con fuerza, posesivo exigente, y se agranda la urgencia, y después... los latidos se hacen cada vez más lentos, lentos...lentos.

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