Cuando mi cielo era celeste
y el sol intensamente brillaba,
sentía tu presencia
sabía que allí estabas....
alegrándote, contenta,
yo era feliz y festejabas...
Cuando mi cielo se nubló
y esa luz ya se apagaba
y casi con violencia
se cerraban mis ventanas,
allí estabas, allí hermana,
corriendo presurosa
para ofrecer tu mano cálida...
En mi mundo de silencio
donde no cabían palabras
donde me recluí de todo,
de todo aquello que amaba,
buscando paz para mi ser
ganando y perdiendo batallas,
allí estabas, allí hermana,
con tus palabras francas
que con dulzura y amor
alimentaron mi alma...
Y por muchas cosas más
que obviamente
también son cosas de hermanas
te digo Gracias Amiga,
por estar conmigo, tan cerca mío
cuando más te necesitaba...
te extraño Emy... un poco más cada día
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